Hace un montón de años, en una tierra en guerra había un rey que causaba espanto. A sus prisioneros no los mataba, los llevaba a una sala en donde a un lado había un grupo de arqueros y en otro lado una gran puerta de hierro encima de la cual se veían grabadas imágenes de calaveras ensangrentadas.
En la sala los hacía formar un círculo y les decía : podeis elegir entre morir por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta. Casi todos elegían la muerte a manos de los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que había servido mucho tiempo al rey , se dirigió a él diciéndole:
"Señor,¿ puedo hacerle una pregunta". "Dime, soldado" respondió el monarca. "Señor, ¿que hay detrás de esa puerta".
"Abrela y compruebalo tu mismo" respondió el rey. El soldado abrió temeroso la puerta y a medida que la iba abriendo iba entrando la claridad del sol, y cuando estuvo abierta del todo vió con sorpresa que la puerta se abría sobre un camino que llevaba a...
LA LIBERTAD
El soldado embelesado, miró a su rey, y este le dijo: Yo les daba la oportunidad de escapar pero por miedo a cruzar la puerta preferían morir.
¿Cuantas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgar?
¿Cuantas veces perdemos la libertad y morimos por dentro solamente por tener miedo de abrir la puertas de nuestros sueños?
Nunca, nunca, deberíamos dejarnos dominar por el temor o el miedo. El miedo nos impide ser libres.
ResponderEliminarUn relato muy interesante,Remedios y como no podía faltar una estupenda moraleja. Es increible como nos encojemos con el miedo, miedo a equivocarnos, miedo a sufrir, miedo a hacerlo mal....tienes razón ¡Fuera los miedos!
ResponderEliminarCreo que tenemos que luchar contra ese miedo que a veces nos atenaza y no nos deja actuar como nos gustaría, por algo se suele decir: "el miedo es libre".
ResponderEliminarUna bonita sorpresa, el regreso.
un abrazo
Hola Ruth,me gustó mucho tu comentario, sobre todo ese grito de esperanza ¡Fuera los miedos!,muy bueno.
ResponderEliminarun abrazo