Dos hombres ocupaban la misma habitación del hospital. A uno se le permitía sentarse en cama cada tarde . Desde allí podía ver el exterior desde la única ventana de la habitación.
El otro tenía que estar tendido en su cama todo el tiempo. Charlaban entre ellos durante horas, hablaban de todo, sus familias, sus hogares, su trabajo, donde habían ido de vacaciones, de futbol, de politica...Y cada tarde cuando el hombre de la cama junto a la ventana, se sentaba, pasaba el tiempo describiendo a su amigo lo que divisaba.
Su amigo deseaba que llegará la tarde porque su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago, donde patos y cisnes jugaban en el agua, los niños lo hacían con sus cometas, los jóvenes enamorados paseaban de la mano entre flores de todos los colores del arco iris, grandes árboles adornaban el paisaje y a lo lejos se divisaba el mar
El hombre describía todo con detalle exquisito. su compañero cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa describió un desfile, y su amigo podía verlo con los ojos de su mente gracias a las palabras mágica de su amigo.
Pasó el tiempo y falleció el hombre de la ventana, placidamente mientras dormía. Su amigo se quedó muy triste pero como un rayito de esperanza pensó que el tambien podría ver las maravillas de afuera. Pidió que le cambiaran a la cama cerca de la ventana. Cuando la enfermera lo dejó acomodado en ella y se fué, el hombre lentamente y con dificultad consiguió levantarse un poco sobre el codo. ¡Que emoción! por fin podría ver aquel lugar maravilloso. Se esforzó para girarse y ...¡Que desilusión! solo había una pared blanca.
Cuando llegó la enfermera le dijo que no comprendía lo que habría haber motivado a su amigo para
describir cosas tan maravillosas. La enfermera le dijo que su amigo ni siquiera podría ver la pared pues era ciego y le indicó : "Quizás lo hizo para animarle a usted "
Una gran lección la del ciego, que olvidandose de sus limitaciones intenta ayudar a su amigo.
El dolor compartido, hace que su pena sea la mitad, pero la felicidad compartida se vuelve doble.
Compartir las penas y las alegrías con los amigos, nos vuelve más humanos y mejor personas.
No os encerreis en vosotros mismos, no penseis siempre que vuestros problemas son lo único importante, mirad alrededor
Como siempre, extraordinario mensaje, ya tenia mérito el amigo que contaba esas maravillas siendo normal, para cuanto más siendo ciego...
ResponderEliminarUn abrazo
Es una historia preciosa y con mucha enseñanza para todos. un abrazo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo,Lucía, esta historia, tiene un mensaje importante: no pensemos que somos lo más importante del mundo, que nuestros problemas son superiores a los de los demás, que es importante mirar alrededor.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Lo importante es poner en práctica las conclusiones que sacamos de este relato, tan sencillo y al mismo tiempo tan profundo.
ResponderEliminarBesos
Este relato ...con mensaje...te llega al corazón....y no te deja indiferente...Besiños..Ángeles.
ResponderEliminarHola Angeles, cuando estas fuera algunos días, al llegar te pegas un atracón de blog.
ResponderEliminarGraciñas