El propietario de una vieja granja había contratado un carpintero para que le ayudase a repararla. El primer día de trabajo había sido duro para el carpintero, se le había estropeado su cortadora eléctrica y perdió unas horas tratando de repararla y a la hora de marcharse su viejo camión no quería arrancar.
El propietario se ofreció a llevarlo a casa en su coche, el viaje lo hicieron en silencio, el carpintero preocupado con sus problemas apenas contestaba con monosílabos los intentos del propietario para entablar conversación.
Una vez que llegaron le invitó a que conociera su familia. Mientras se dirigían a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Al entrar en su casa ocurrió una sorprendente transformación, su bronceada cara sonreía plenamente, abrazó a sus dos pequeños hijos y besó a su esposa, parecía un hombre completamente felíz. Cuando salíó para acompañar al propietario a su coche, al pasar junto al árbol, el propietario intrigado le preguntó sobre lo que había visto. " Es que este, contestó sonriendo, es mi árbol de los problemas, sé que no puedo evitar tener problemas en mi trabajo, pero hay algo que es seguro, los problemas no pertenecen a mi casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando vuelvo, luego a la mañana los recojo otra vez"
" Lo divertido, volvió a sonreir, es que nunca encuentro tantos como recuerdo que dejé la noche anterior".
Que bueno es tener un árbol para colgar nuestros problemas y no llegar a casa cargados con ellos, de mal humor, haciendo infelices a los que nos rodean. Los problemas de nuestros trabajos no deben afectar nuestra vida familiar, hay que "desconectar" al llegar al hogar. ¡Que bonita moraleja!
A partir de ahora, procuraros vuestro "árbol de los problemas" notareis la diferencia.
Un precioso relato, es una buena solución dejar los problemas fuera, ya sea un árbol u otra cosa cualquiera, lo importante es olvidarse de los problemas cuando llegamos a casa, aunque es díficil...¡¡¡muy difícil!!!!!!
ResponderEliminarun abrazo
Me encantan estos relatos, Remedios, Que razón tiene el carpintero, hay que saber desconectar.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuantos disgustos familiares se ahorrarían si la gente se acostumbrase a dejar sus problemas fuera,los niños necesitan un ambiente cálido y tranquilo, y las tensiones y malas caras las detectan enseguida aunque nos parezca que no se enteran de nada. Me encanta el relato.
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Si que es difícil, María, pero hay que pensar que problemas tenemos todos, preocupaciones e insatisfacciones, pero cuando se convive con niños es frecuente descargar toda nuestra impotencia con ellos. Por ellos, es completamente necesario dejar los problemas fuera.
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Tienes razón Isa, la solución es saber desconectar de nuestras frustaciones y problemas y no llegar a casa tenso y malhumorado, descargando nuestra ira con los niños por cualquier motivo, aprovechando cualquier motivo, que se ha portado mal, que se ha peleado con su hermana, etc, imponiendo castigos exagerados.
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Llegar a casa con problemas es un motivo de disgustos familiares graves, como dices Cecilia, con toda la razón, y aunque los niños son generalmente los que están más indefensos, no podemos olvidarnos de los cónyuges que generalmente se llevan la peor parte, y es causa de muchas violencias de género.Un abrazo
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