Carlos era piloto de un bombardero. Despues de múltiples misiones, un día en alguna de las guerras que acontecen en la actualidad, su avión fue derribado por un misíl enemigo
El avión se precipitaba a tierra, pero Carlos tuvo tiempo de saltar, se abrió su paracaidas y llego al suelo perfectamente, alli fue apresado y pasó un tiempo en las cárceles del pais enemigo.
Cuando lo libertaron volvió a su pais y se dedicó a dar conferencias sobre los horrores de las guerras y de sus experiencias en prisión.
Al salir de una de esas conferencias se le acercó un hombre y le pregntó: ¿ Le funcionó bien su paracaidas?
"Claro que sí, si no estaría hoy aquí". El hombre le comentó entonces que el había doblado su paracaidas. Carlos le dió las gracias casi ahogado de emoción y ya en su casa no dejaba de pensar en la de veces que lo habría visto y ni siquiera le había dicho "Buenos días", claro, él era una arrogante piloto y no se fijaba en un humilde marinero.
Seguía pensando en la de horas que pasaría aquel soldado dentro de los hangares enrollando con el máximo cuidado los numerosos hilos de seda de cada paracaidas,que salvaría la vida de algún desconocido.
Desde aquel día, Carlos comienza siempre sus conferencias con esta pregunta : ¿Quien dobló hoy tu paracaidas?
Todos tenemos a alguien cuyo trabajo es importante para que nosotros podamos salir adelante.
Uno necesita en el día muchos paracaidas : uno físico, uno mental, uno emocional y hasta uno espiritual.
En los desafíos que constantemente nos lanza la vida, a veces perdemos de vista lo que de verdad es importante, y hay personas que nos salvan en el momento oportuno sin pedírselo.
Dejamos de saludar, de dar las gracias, de felicitar a alguien, de al menos decir una frase amable, simplemente porque sí.
A partir de hoy trata de pensar en quien ha doblado tu paracaidas y muéstrale tu agradecimiento.
Las personas de tu entorno notarán tu gesto y seguirán doblando tu paracaidas, quizás con un poco más de afecto.
Todos necesitamos uno de otros. Las cosas importantes de la vida sólo necesitan acciones sencillas: una llamada, un gracias, una sonrisa, un TE QUIERO...un TE AMO.
¡Que razón tienes, Remedios!!! Cuantas veces nos olvidamos de las personas que nos ayudan, que siempre están ahí. "Que nos doblan el paracaidas" para que se abra bien y consigamos sobrevivir.Preciosa la idea. A partir de ya, a saber agradecer las ayudas recibidas.
ResponderEliminarMuy bonita tu idea de agradecer las ayudas. El agradecimiento es de buenas personas y con un simple gesto podemos demostrarlo.
ResponderEliminargracias Anónimo por tus comentarios
Y el arrogante y guapísimo piloto se salvó y colorín, colorado. Cualquier podría terminar la anecdota así, ¡ah! pero ahí esta el ingenio de Remedios, para sacar conclusiones y darnos unos estupendos consejos
ResponderEliminarcon cariño
Leyendo el comentario de Bety,coincido con ella, y es precisamente en eso,donde reside la diferencia de que te cuenten cualquier anecdota, a que te la cuente Remedios, ella sabe encontrar la manera de que nos impliquemos en el tema y saquemos las consecuencias
ResponderEliminarme gusta como lo haces
Que bonita la terminación que me cuentas, para la anécdota del arrogante y guapísimo piloto.
ResponderEliminarY también cuanta imaginación, para nada dije que era guapísimo....pero mucho mejor así.
Un abraciño
Gracias Rosa, como siempre eres demasiado amable conmigo, yo creo que es como una costumbre...
ResponderEliminarUn abrazo