Una bonita forma para hacer que los niños se interesen más por la comida es sorprenderles de vez en cuando con recetas divertidas y fáciles de hacer. Hacer que nos ayuden es la mejor manera de que se sientan útiles y al mismo tiempo orgullosos de saber hacer una deliciosa merienda.
La clásica merienda de pan de molde y jamón york, se tranforma en un simpático gusanito con el añadido de un tomate y unos trozos de pepino.
¡Que bonito! hasta a los mayores nos hacen gracia estas recetas divertidas. magnífico para una merienda de niños.
ResponderEliminarabrazos
Ya ves Berta, son cosas sencillas y a los niños les hace mucha ilusión, así que "manos a la obra"
ResponderEliminarUn abrazo