lunes, 10 de noviembre de 2014

COMPARTIR LA LUZ



Un viejo y sabio filósofo de Oriente, reunido con sus discípulos para impartir una de sus charlas, les contó la siguiente historia :

"Hace muchos, muchísimos años, en una lejana montaña,un grupo de hombres se quedó encerrado en una caverna  por accidente, Era tal la oscuridad que no podían ver nada. Pasó algún tiempo y finalmente uno de ellos logró encender una pequeña astilla de madera impregnada de resina que encontró en el suelo de la cueva. Pero la luz que daba era tan escasa y tan débil que seguían sin apenas poder percibir nada".

"Despues de estar cavilando, al hombre que consiguió la tea se le ocurrió la idea de que con su luz podría ayudar a que cada uno de sus compañeros prendiera su propia tea, asi lo hicieron, con ayuda de la primera tea, buscaron por el suelo más astillas de madera y las encendieron con la llama de su compañero, hasta conseguir tener cada uno su propia luz. La caverna se iluminó intensamente y facilmente encontraron la salida".  

Cuando acabó de exponer esta narración, los alumnos quedaron unos minutos reflexionando en silencio, hasta que uno de ellos le preguntó al maestro : ¿Pero que es lo que quiere decir este relato? ¿Que nos enseña?

Este le respondió :

" Nos muestra que nuestra luz seguirá siendo oscuridad si no la compartimos con los demás y que el hecho de compartirla no la hará menor ni la apagará, sino al contrario la hará crecer y la unión de todas ellas hará que aumente su intensidad y su brillo".

Compartamos nuestra luz y todos saldremos ganando. No olvidemos que la unión hace la fuerza.

2 comentarios:

  1. Una leyenda muy interesante y una buena moraleja, Compartir con los demás será una manera de ayudar al prójimo y sentirnos bien con nosotros mismos.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Es verdad, una llama, una luz no se apaga por encender otra, al contrario se hace mas fuerte la luz,,,,Esta moraleja es un gran aprendizaje de vida..Un abrazo Remedios

    ResponderEliminar