jueves, 29 de mayo de 2014

EL SENDERO



Un día un burrito atravesó un bosque virgen para volver a sus pastos. Como era un animal y no pensaba   trazó un camino lleno de curvas, colina arriba, colina abajo.


Al día siguiente pasó por alli un perro y cogió el sendero abierto por el burro, poco despues pasó lo mismo con un rebaño de ovejas. Los hombres no tardaron en transitar por aquella ruta.

Todos los días iban por el mismo camino lleno de obstáculos a derecha e izquierda y no paraban de quejarse, pero nadie se preocupaba en trazar un nuevo itinerario que les ahorrase tiempo y esfuerzo.

Su uso lo convirtió en un amplio camino que acogía gran tráfico de personas y animales que se veían obligados a caminar unas tres horas, cuando la misma distancia podría haber sido recorrida en apenas una hora si el trazado fuera más recto.

Pasaron los años y, lejos de solucionar el problema, el sendero acabó siendo la calle principal de un pueblo.Todos seguían transitando por ella como el primer día que el burro abrió el sendero por azar.

Mientras tanto el sabio bosque se reía, pensando que los hombres al igual que los borricos no pensaban y tenían tendencia a seguir ciegamente el camino ya abierto por otros sin plantearse si esa era la mejor elección.
Utilicemos nuestra facultad de razonar y no nos dejemos llevar por las ideas, tal vez equivocadas, de los demás.         

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el cuento del borrico Remedios, y me he reido mucho con la moraleja,
    que razón tiene somos un poco "borricos" cuando dejamos que los demás piensen por nosotros ¡Jeeejejje!

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  2. Que buena moraleja,cuantas veces hacemos las cosas sin pensar.Hay que usar màs el raciocinio para no parecernos al burro.....Besos. Delia.

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