Un joven Príncipe del norte de China estaba a punto de convertirse en Emperador pero, de acuerdo con la ley, para conseguirlo tenía que casarse antes. Por ello decidió someter a una prueba a las jóvenes de su corte para elegir a la esposa adecuada.
Una anciana que trabajaba como criada en el palacio, pensó en su hija al enterarse de la noticia. La muchacha sentía un profundo amor por el príncipe y, aunque sabía que no tenía nada que hacer frente a otras jóvenes más guapas y ricas, ella tenía suficiente con poder estar cerca del hombre por el que lo daría todo.
Llegado el momento, el Príncipe anunció cual era la prueba que deberían superar las aspirantes a Emperatriz :
"Daré a cada una de vosotras una semilla, la que traiga la flor más bella, dentro de seis meses se convertirá en mi esposa".
El tiempo pasó y todas las candidatas se presentaron con flores bellísimas y de las especies más variadas, en cambio en la maceta de la humilde muchacha no había crecido ni una triste planta.
Sin embargo el Príncipe, para sorpresa de todos, la escogió a ella, dando esta explicación :
"Esta joven es la única que cultivó la flor que la hará Emperatriz : La flor de honestidad, de la sinceridad. Todas las semillas que os entregué eran estériles y todas menos ella trataron de engañarme. Era imposible que nacieran flores".
En este bonito relato de Paulo Coello se demuestra el valor de la sinceridad, el ser honesto consigo mismo y con los demás. Sólo ella fue sincera y valiente consiguiendo que, lo que ella creía un profundo fracaso, se convirtiera en un magnífico éxito.
La sinceridad es como una flor que ilumina a quien la cultiva y esparce claridad a su alrededor.
Estos cuentos antiguos me gustan mucho, y las moralejas ...¡preciosas! La sinceridad en las relaciones es esencial, tanto en el amor, como en las amistades y familia.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un interesante relato para una reflexion, a veces, en cosas pequeñas sobre todo, que crees que no tienen mucha trascendencia, las cambiamos a nuestra manera para que esten mejor segun nuestro punto de vista y muchas veces nos equivocamos.Gracias por acercarnos este cuento con su moraleja.Besiños Ángeles.
ResponderEliminarPrecioso cuento,la moraleja nos deja una importante reflexiòn..Nada mas y nada menos ,que la sinceridad....Gracias por publicarlo..Besos ...Delia.
ResponderEliminarAunque son antiguos estos cuentos, rebosan sabiduría, a mi tambien me gustan María.
ResponderEliminarUn abrazo
Si que es muy corriente el hecho de cambiar algo pensando que así nuestro trabajo será mejor valorado sin pensar que lo auténtico siempre tendrá más valor, Ya nos lo hace ver el autor del cuento de las semillas del príncipe. Las moralejas de hace tantos años, sirven perfectamente adaptándolas a nuestros días.
ResponderEliminarAngeles, bicos
Ya ves Delia, la sinceridad ayer, hoy y mañana es uno de los valores más importantes para la convivencia, siempre nos caen mal las personas, que mienten, engañan, en una palabra que no son sinceras.
ResponderEliminarBicos
Siempre la honestidad es la flor más hermosa ante dios y los seres humanos
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